Dieta de la Constipación

La técnica dietoterápica fundamental se basa en los siguientes puntales
  • Seleccionar alimentos con alto contenido de fibras para aumentar el volumen de la materia fecal.
  • Estimular con la dieta el reflejo gastroyeyunocolónicos
  • Lubricar la pared intestinal y mantener el contenido acuoso en el intestino.
Recomendaciones nutricionales:
  • consumir altos ricos en fibra.
  • azúcares concentradas como la miel.
  • fraccionar la dieta y comer por lo menos 5 o 6 veces al día.
  • ingestión de líquidos fríos ( por ejemplo en ayunas tomarse un jugo de naranja o de otro cítrico o consumirse el jugo de la compota de ciruelas desecadas a la mañana).
  • tomar como mínimo 2 lt diarios de líquidos.
Selección de los alimentos:
  • leche: preferentemente descremada, yogures con frutas y se le pueden agregar una cucharada de salvado de trigo en lo posible fríos.
  • quesos: NO los "pasta muy firme" (duros secos) si los "cremosos" o untables descremados
  • carnes: todas.
  • Hortalizas: las de hojas tienen mayor contenido en fibras como acelga, apio, hinojo, espinaca, berro etc. zanahoria, remolacha y choclo crudos.
  • Frutas: se recomiendan crudas enteras y con su cáscara, las apropiadas son ananá, naranja, pomelo, kiwi ,mandarina, ciruela, uvas, frutillas e higos. Se evitan manzanas, bananas y membrillo
  • Cereales y derivados: se recomiendan los integrales, panes integrales , harinas integrales, arroz integral y el salvado de trigo se puede colocar no sólo en yogures, sopas, amasados caseros pero no mas de 30gr y empezar con poco
  • Legumbres : cada tanto remojada y bien cocidas ya que producen flatulencia.
  • Cuerpos grasos: de acuerdo a su estado físico es decir si su peso es normal puede consumir manteca o margarina para panes integrales, aceites en las comidas.
  • Infusiones: se recomienda en primer lugar el mate cebado, luego el café y por último el mate cocido
Y por su puesto consumir mucho líquidos y sobretodo de frutas , se pueden hacer licuados

EL SOBREPESO Y LA OBESIDAD

En EE.UU. el porcentaje de niños con sobrepeso está aumentando a una velocidad alarmante: hoy en día uno de cada tres niños padece sobrepeso u obesidad.
Muchos niños pasan menos tiempo que antes haciendo ejercicio y más tiempo frente al televisor, el ordenador o la videoconsola. Y las ajetreadas familias de hoy en día tienen menos tiempo libre para preparar comidas saludables, nutritivas y caseras. De la comida rápida a la electrónica, lo rápido y lo fácil parecen haberse impuesto en la mentalidad de muchas personas en este nuevo milenio.
Para prevenir el sobrepeso en su hijo, deberá adaptar la forma en que usted y su familia se alimentan y hacen ejercicio, así como la forma en que pasan el tiempo cuando están juntos. Para ayudar a un niño a llevar un estilo de vida saludable, sus padres deben empezar por darle un buen ejemplo.
¿Tiene su hijo sobrepeso?
El IMC (índice de masa corporal) utiliza las medidas de estatura y peso para estimar cuánta grasa corporal tiene una persona. Para calcular el IMC de su hijo, divida su peso (en kilogramos) entre el cuadrado de su estatura (en metros), es decir, peso/estatura2. Si desea hacer el cálculo con libras y pulgadas, divida el peso entre el cuadrado de la estatura y multiplique el resultado por el factor de conversión de 703.
Una forma más fácil de obtener el IMC de su hijo es utilizar una calculadora de IMC. Una vez haya determinado el IMC de su hijo, puede representarlo en una gráfica estándar de IMC. Su hijo pertenecerá a una de las siguientes cuatro categorías:
1.       Peso por debajo de lo normal: IMC inferior al centil 5.
2.       Peso normal: IMC entre los centiles 5 y 85.
3.       Sobrepeso: IMC entre los centiles 85 y 95.
4.       Obesidad: IMC superior al centil 95.
El IMC no es una medida perfecta de la grasa corporal y hay situaciones en que puede llevar a confusión. Por ejemplo, una persona con la musculatura muy desarrollada puede tener un IMC alto sin tener sobrepeso (porque el desarrollo muscular aumenta el peso corporal de una persona sin aumentar su cantidad de grasa). Además, el IMC puede ser difícil de interpretar durante la pubertad, cuando se experimentan períodos de crecimiento rápido o “estirones”. Es importante recordar que el IMC suele ser un buen indicador, pero no es una medida directa, de la grasa corporal.
Si a usted le preocupa que su hijo pueda tener sobrepeso, llévelo al pediatra. Si su hijo tiene sobrepeso, probablemente el pediatra le formulará algunas preguntas sobre sus hábitos alimentarios y de actividad física y le hará diversas recomendaciones para que introduzca cambios positivos en su estilo de vida. También es posible que el pediatra le haga un estudio a fondo para descartar problemas de salud que puedan estar relacionados con la obesidad.
Dependiendo del IMC, la edad y el estado de salud de su hijo, es posible que el pediatra les remita a un nutricionista titulado que les orientará sobre los cambios que se deberían introducir en la dieta del niño. Algunos niños con sobrepeso u obesidad necesitan participar en programas globales de control de peso.

Mala alimentación e inactividad ponen en riesgo a adolescentes

La mayoría de los adolescentes no hacen suficiente ejercicio diario ni tienen una alimentación saludable, según los resultados de un estudio reciente. Un grupo de investigadores analizó los hábitos alimentarios y la actividad de 878 adolescentes de 11 a 15 años y halló que casi el 80 por ciento tenía múltiples conductas de riesgo.
Los expertos usaron pruebas físicas y técnicas de medición para evaluar cuatro conductas: la actividad física, el tiempo de exposición a la televisión, el porcentaje de calorías derivadas de grasas y las porciones diarias de frutas y vegetales. Además, el equipo analizó los hábitos relacionados con la salud en los padres.
Más de la mitad (el 55 por ciento) de los adolescentes no cumplía con la recomendación de 60 minutos diarios de ejercicio; los varones cumplían con ese objetivo más que las mujeres (el 59 contra el 34 por ciento).
Alrededor del 30 por ciento de los adolescentes se excedía en el límite de dos horas por día de televisión. El 12 por ciento de los adolescentes comía cinco o más porciones de fruta y verdura por día, como está recomendado.
Apenas el 32 por ciento cumplía con las guías de consumo de calorías: menos del 30 por ciento de calorías totales de grasas y menos del 10 por ciento de calorías derivadas de grasas saturadas, indicó el estudio publicado en American Journal of Preventive Medicine.
Sólo el 2 por ciento de los adolescentes cumplía con las cuatro guías de promoción de la salud, indicaron los autores dirigidos por el doctor Alvaro Sánchez Pérez, del Servicio de Salud Vasco de Osakidetza, en Bilbao, España, y de la University of California, San Diego.
Los autores observaron alguna relación entre los hábitos de los padres y de los adolescentes. Entre las chicas, por ejemplo, si uno de los padres fumaba o era ex fumador o si no comía las porciones diarias recomendadas de frutas y vegetales aumentaban la cantidad de conductas de riesgo.
Los investigadores sostienen que los resultados del estudio "se suman a la evidencia de que la mayoría de los adolescentes no cumplen con las guías alimentarias o de actividad física y que siguen necesitando intervenciones que apunten a varios hábitos".
"El doctor Sánchez Pérez dijo a Reuters Health: "Para promover conductas saludables entre los adolescentes, como una dieta sana y actividad física regular, la prioridad sería proteger tanto a los adolescentes como a los adultos de los problemas más importantes, como la diabetes y la obesidad".
"Las estrategias de promoción de la salud exigen un enfoque a todo nivel y en todos los sectores, incluidos la familia, la comunidad y los responsables de las políticas de salud, entre otros", agregó el investigador principal del estudio.

¿QUÉ ES EL SEDENTARISMO?

Basta con pensar en sólo 30 años atrás, cuando la mayoría de las actividades cotidianas se efectuaban mediante el esfuerzo físico humano. Si requeríamos trasladarnos para comprar, ir al colegio o simplemente conversar con un amigo íbamos caminando. La mayoría de las labores domésticas como limpiar pisos, lavar ropa, etc. se realizaban manualmente, y era mucho mayor la cantidad de trabajos manuales que en la actualidad. La vida moderna ha traído muchos beneficios con máquinas que nos facilitan el trabajo, y medios de transporte y comunicación que nos permiten desplazarnos fácilmente, o inclusive eliminar la necesidad de movernos. También se han difundido formas de ocio como la televisión, juegos de computador o el chateo, las que no requieren de mayor esfuerzo físico.
Sin embargo, el cuerpo humano está diseñado para estar en movimiento, por lo que la inactividad nos trae una serie de consecuencias negativas. En la actualidad se habla de sedentarismo cuando la actividad física realizada no alcanza la cantidad y frecuencia mínima estimada para mantenerse saludable, esto es 30 minutos de actividad física moderada al menos 3 veces por semana.  El sedentarismo es un factor de riesgo para múltiples enfermedades como la enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes, obesidad  y algunos tipos de cáncer como el de colon y de mama.
En las dos últimas encuestas sobre actividad física en Chile, en el año 2000, la población sedentaria es de un 91% a nivel nacional. La encuesta CASEN 2000 muestra una mayor prevalencia del sedentarismo en las regiones del sur del país (93%) que en las del extremo norte (85%) y en la población de menores ingresos (91,3% en el quintil más pobre y 84,5% en el quintil más rico). La encuesta Encuesta de Calidad de Vida y Salud  2000 indagó además en las razones para no realizar actividad física, siendo estas la falta de tiempo (33,3%), la falta de interés (23,3%), porque su salud no se lo permite (19,5%) y porque no tiene un lugar para hacerlo (14%).
En la agitada vida moderna, nos resulta difícil reservarnos un tiempo para realizar actividad física. Sin embargo, destinar tiempo a la práctica de algún ejercicio o actividad recreativa no sólo ayudará prevenir las enfermedades antes mencionadas, sino que además  le permitirá sentirse más relajado y feliz, por lo que rendirá mejor en sus labores. Sobre todo las actividades de tipos recreativo son una excelente alternativa como bailar, andar en bicicleta, las caminatas, ya que puedan hacer en compañía, lo que aumenta la motivación y permite compartir con al familia y amigos.


CINCO VERDADES QUE ROMPEN GRANDES MITOS DE LA DIETA

Si alguien le dijera que la banana no debería ser una fruta prohibida en un plan de adelgazamiento, ¿lo creería? Pues ésa es una de varias realidades que no son tal y que toda persona que inicia un plan de adelgazamiento debería conocer   
Está claro que todo alimento tiene la capacidad de engordar en función de la energía que aporta. Por lo tanto, no puede afirmarse que un alimento no engorda si este aporta energía, por muy poca que esta sea.
El doctor Norberto Russo, médico nutricionista y director de la Asociación para la Prevención y Ayuda de los Desórdenes de la Alimentación y la Vida Sana (APADAVIS) enumeró del uno al cinco, algunos de los grandes mitos que surgen a la hora de comenzar una dieta para perder peso.

Mito 1: La papa engorda
Defensa:
La papa es un vegetal con alto contenido en agua (75- 80%) y un aporte calórico aproximado de 80 calorías por cada 100 gramos de porción comestible. Un contendido energético similar al de otros alimentos que suelen ser elegidos en las dietas de adelgazamientos. Por ejemplo, 100 gramos de papa hervida, es semejante, a nivel calórico, a un yogur natural, un huevo cocido, una porción de merluza a la plancha, 35 gramos de jamón cocido o una manzana (200 gramos), entre otros.
Conclusión:
Como en otros casos, la cuestión está no tanto en el qué, sino en el cómo y cuánto. Así, incluir 150 gramos de papa hervida o al horno, por ejemplo, en un primer plato de verduras o a un segundo plato de pescado, puede ser una interesante y poco energética guarnición. Por el contrario, si lo que se pretende es consumirla frita o en puré, con adición de leche y/o manteca o acompañados de mayonesa, se incrementará notablemente el contenido de la preparación.

Mito 2: La banana engorda
Defensa:
La banana es una fruta muy rica en potasio, aporta aproximadamente 72 calorías cada 100 gramos. Si bien tiene el doble de calorías que cualquier otra fruta, brinda una mayor saciedad.
Conclusión:
La banana no debe ser vista como una fruta prohibida en cualquier régimen de adelgazamiento, sino que debe limitarse su cantidad. Por ejemplo, si en una dieta determinada se tiene permitidas dos frutas diarias, el que se incluya bananas se deberá comer solo una al día.

Mito 3: Los alimentos integrales adelgazan
Defensa:
Que un alimento sea integral significa que tiene cantidad de fibra importante. Entre las propiedades fisiológicas de la fibra dietética figura su alta capacidad de retener agua, lo cual aumenta la masa del bolo alimentario y acelera el tránsito intestinal (lo cual produce una disminución de la velocidad de absorción de los alimentos, efectos importantes en patologías como diabetes y colesterol).
Conclusión:
Si bien estas propiedades justifican por sí solas la necesidad de asegurar un consumo mínimo diario de fibras, incrementando la proporción de alimentos integrales de la dieta, la presencia de fibra no interfiere con absorción global de macronutrientes, por lo que no tiene efecto especifico sobre el consumo de calorías.

Mito 4: El pan negro es más liviano que el pan común
Defensa:
El pan francés no tiene grasas, en cambio el pan negro contiene gran cantidad de azúcar y grasas; además este último tiene generalmente más peso por unidad o rebanadas.
Conclusión:
Lo único que lo diferencia es el contenido en fibras (el pan negro contienen más proporción), el cual juega un valor importante con respecto a la saciedad, al permanecer más tiempo en el estómago, por la disminución en la velocidad de absorción. No hay diferencia en cuanto a calorías.

Mito 5: El arroz es apto para dietas bajas en calorías
Defensa:
El arroz tiene idéntica composición química que el resto de los cereales y esta no se modifica ni con el lavado ni con la cocción a la que se somete a los granos.
Conclusión:
No debe ser un alimento prohibido en dietas. Como se dijo al comienzo, lo importante es analizar cuánto y cómo se come: no es lo mismo que se ingiera hervida o acompañada de una salsa light, que como integrantes de una gran ensalada con jamón, legumbres y/o mayonesa, por ejemplo.